El Parlamento de Turquía aprobó este jueves el estado de emergencia propuesto por el presidente, Recep Tayyip Erdogan, que entró oficialmente en vigor en las diez provincias más afectadas por el terremoto del pasado lunes.
El estado de emergencia, en vigor durante los próximos tres meses, se basa en la Constitución turca que permite decretarlo en caso de catástrofes naturales.
Durante el estado de emergencia, se pueden imponer a los ciudadanos obligaciones monetarias, patrimoniales y laborales, y se pueden limitar o suspender temporalmente los derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía.
El número de muertos por los devastadores terremotos del lunes superan ya los 20.000, de los cuales 17.134 se contabilizan en Turquía y 3.317 en Siria. En ambos países hay más de 75.000 heridos.
En Turquía, más de 100.000 miembros de equipos de salvamento y del Ejército están movilizados para rescatar a los supervivientes, pero el tiempo invernal, el grado de destrucción y la amplitud de la zona afectada complican los trabajos.
Una vez traspasado el límite de las 72 horas las esperanzas de encontrar a supervivientes se reducen.
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