Barbarie es la frase que describe el presente de los venezolanos. No hemos retrocedido, hemos desembocado en la barbarie sin precedentes en nuestra memoria. ¿Acaso retrocedimos a la época de la colonia? ¿a las páginas de Boves escritas con sangre? ¿A la guerra federal? ¿A la incursión de Gómez o Pérez Jiménez en nuestra historia? Obviamente no.
En cualquier caso, el país nunca estuvo en manos propiamente de una transnacional del crimen, como nos ocurre ahora. Ese es probablemente el punto de inflexión. No debe abordarse como una dictadura, ni un dilema ideológico de izquierda o derecha, no se trata de liberales versus progresistas, capitalismo contra socialismo, gringos o soviéticos. Esos paradigmas son falsos positivos. Pueden formar parte discursiva pero no son claves para desentrañar el conflicto en desarrollo, salvo para distraer, confundir o camuflajear la realidad que esconden los hechos.
Sin conocer la naturaleza y estructura conductual de la enfermedad que padecemos, difícilmente encontraremos el tratamiento adecuado para superarla.
Basta auscultar lo ocurrido en estos últimos días de marzo, para percatarnos de la gravedad intrínseca en los hechos registrados.
(1) La posible extradición de Álex Saab a los EEUU, uno de los testaferros consentidos del chavez-madurismo, que sin dudas oculta muchos secretos y turbios negocios, capaz de comprometer a todos los cortesanos del régimen dentro y fuera de Venezuela e incluso ruborizar a su paisano Pablo Escobar o al Chapo Guzmán.
(2) Los trabajadores públicos pasan de nómina regular de cualquier organismo, institución o empresa adscrita del estado, a “bonificados” en la “página de la patria”; una suerte de Auschwitz o campo de exterminio virtual, en él que terminarán fuera del sistema regular de pago todo aquel que labore en el complejo aparato burocrático del país. Mucho más amplia, extensa y discriminatoria que la otrora lista Tascon. La meta es desprenderse del 70% de la administración pública en general, hasta quedar solo los “puros”, genéticamente comprobados.
(3) Negar el acceso de las vacunas contra el COVID19, previamente acordado entre las partes: la Asamblea Nacional liderizada por Guaidó, el régimen y la organización mundial de la salud. Solo porque las vacunas no fueron compradas a Cuba, sino a Europa; y ellos no pudieron darle la “mordida”, a los 30 millones de dólares, dispuesto para tal fin.
(4) Constituir el poder comunal, con parlamento y ciudades afines a el; huida hacia adelante para acabar jurídicamente con la “autonomía” y “descentralización”; apoderarse de los menguados ingresos propios de las regiones y ayuntamientos; así como colocar una condición adicional en la posible “mesa de negociación”, que sirva de alcabala previa al objetivo mayor, la Presidencia; anticipando así, posibles eventos y construyendo los escenarios que le favorezcan.
(5) La instrumentación de la “ley saqueo” que allana el camino a los “boliburgueses”, narcos y “enchufados” para apoderarse de activos y servicios en manos del estado; pudiendo estos invertir con socios foráneos y extranjeros en esas empresas; toda vez que las sanciones ejercidas por EEUU u otros, han ido detectando en algunos países este capital ilícito e instrumentando mecanismos profilácticos de bloqueo de los mismos. Obligando a estas castas “financieras” a invertir en Venezuela, hasta convertirla en paraíso fiscal al servicio del narco terrorismo.
(6) Tráfico de armas de guerra pertenecientes a las FANB, son detectadas en una alcabala de la GN de El Sombrero, Guárico; destino a las minas de El Callao; las mismas tenían los sériales borrados, pero conservaban el escudo de armas del ejército. Dejando en evidencia que no todos los militares están alineados con la cúpula castrense y sus turbios negocios. Los excluidos e insatisfechos también juegan y, reclaman su parte, dejando rastro de la criminalidad que se despliega dentro de la institución armada.
(7) Rebelión del lumpempranato en la cota 905, amamantado, instruido y armado por Chávez entonces y Maduro ahora para ejercer control social sobre los ciudadanos rebeldes en los sectores populares, a quienes les dan “oportunos” escarmientos, hasta reducirlos a eunucos, nulidad social o “polvo cósmico”, -lo recuerdan- con la premisa ordenada en arenga castrense, “candelita que se prende, candelita que se apaga”; también comenzó hacer agua; acabada “la abundancia” tienen ahora que mirar hacia otro objetivo, los que más tienen, o sea, los rojos, rojitos.
(8) Guerra inoculada, el oficialismo tiene dos décadas pregonando elogios, halagos, adulaciones, protegiendo, armando, ofreciendo nuestro patio de santuario, triangulando negocios de droga, compartiendo dividendos del oro de sangre y minerales en conflicto con los terroristas del ELN y las FARC de Colombia. A cambio de proteger su permanencia en el poder jugando el rol de amenaza creíble ante hechos sobrevenidos que pudieran suscitarse desde adentro o desde a fuera. Bajo la égida de balcanizar el país, bajo el título, “otro Vietnam”. Pero al igual que el episodio anterior, no hay cama para tanta gente. Y comienzan a orbitar otros intereses; especialmente en un mundo tan complejo como el criminal del narcotráfico. Fuego cruzado entre carteles y los venezolanos en medio de una guerra comprada por Chávez y sostenida por Maduro, de la que nosotros, los venezolanos, no teníamos, ni arte, ni parte. Ese trágico evento que apenas comienza registró la masacre de El Ripial, donde el FAES asesinó a 5 miembros de la familia Remolina, entre ellos un menor de edad y una mujer. Más de 3000 desplazados huyen hacia Colombia. Temo que esto sea solo el preámbulo de un infierno mayor.
Estos 8 eventos nos indican de manera relevante la naturaleza criminal de los inquilinos de Miraflores; razón suficiente para pensar que todas las opciones no son un abanico para complacencia de peticiones, sino una necesidad táctica y estratégica para ser instrumentada eficiente y oportunamente con claridad de objetivos. La respuesta a las FANB/FARC no puede ser la misma a instrumentarse ante el “poder comunal”. Sencillamente porque son de naturaleza distinta. Igual pudiéramos decir del paredón de fusilamiento a los trabajadores, abordarlo con el mismo instrumental de la extradición de Saab.
Lo que sí debería ser una constante para dar respuesta inmediatas, es el centro de dirección política; que lo defino como la vinotinto, porque tiene que tener una cita previa, ganar la confianza de los venezolanos. Ahí está el detalle.
Américo De Grazia
Italia 29 de Marzo del 2021
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