Guayana es la patética vitrina de la catástrofe nacional del chavismo en cualquier escenario que se evalúe.
Huelgan los análisis de la tragedia que se padece en sus predios. Del pasado solo queda la cárcel de los recuerdos. Hoy sólo tenemos un teatro de poderosos simulacros de falsedades y mentiras fuertemente custodiadas por criminales.
La verdad de nuestra tragedia no puede ser ocultada por el inquilino del silencio y el olvido. Afortunadamente tenemos una cantera de liderazgos empáticos con certificados de autenticidad que les da la constancia, sin pantallerías, ni mentíderos políticos; crecidos al calor de la lucha sin uso de marketing; Carlos Chancellor, Coromoto Lugo, Gilberto Villarruel, Emilio González, Rubén González, Marcos Lima, Leonel Jiménez Carupe, Héctor Barrios entre otros; tienen suficiente peso para asumir la direccionalidad necesaria, más allá de sus propias toldas políticas. Con el claro propósito de servir y no de servirse.
Advertidos por la experiencia que sin direccionalidad no hay éxito posible. Esta es una demanda de los guayaneses, que no pueden depositar su sueño de libertad y progreso en pajaritos preñados. Debemos construir de modo inmediato un cordón profiláctico contra la inercia y la desesperanza para empoderar a los guayaneses de propósitos desprovistos de cortoplasismo frenéticos y derrotistas. Las dudas no deben inmovilizarnos. Por el contrario, nada es más terapéutico que la acción. Y nada más frustrante que la inercia. Este no es el momento de preguntar por quién doblan las campanas. Lo hacen por ti. No hay respuestas a todas las preguntas, pero no está demás formularlas e intentar responderlas.
Estoy convencido que debemos capitalizar todas las fuerzas. Todas sin excepción de las legítimas oposiciones existentes. La estrategia diseñada exitosamente para afrontar la ANC, el fraude presidencial del 2018 y las parlamentarias del 2020; dieron sus frutos. Ayudaron a deslegitimar de origen y ejercicio a la tiranía ante el mundo, pero ese protocolo de uso, no es válido para las regionales.
Cabe preguntarse ¿cuál fue el pronunciamiento de Washington, la OEA y la UE sobre el fraude electoral a los bolivarenses en el proceso ganado en buena lid por Andrés Velásquez en el 2017?.
No podemos tratar el tema de la misma manera. Es como intentar curar un dolor de estómago con una quimio de cáncer. Para ello debemos construir una narrativa, sabiendo que la palabra construye realidades.
¿Gobernaciones para qué?
Obviamente no es para construir el tercer puente sobre el Orinoco de Caicara a Cabruta. No es para hacer “gestión”; sino para acompañar políticamente a su pueblo en el pantanoso camino a la libertad. ¿Esto difiere de los resultados de la consulta popular? Falso, esto allana el camino para objetivos superiores, previstos en la consulta. ¿Significa recocer a Maduro? No, cuando el ciudadano saca su cédula en el Saime, o paga sus impuestos en el Seniat, ¿reconoce a Maduro? No. Debemos articular todas las herramientas que tengamos a mano, todas. Tenemos que anticipar eventos, para construir escenarios.
No hay espacio para los derrotados, porque corremos el riesgo que nos den el abrazo del ahogado. Tampoco para los desesperanzados porque te arrastran en su inercia. Menos aún para el pensamiento mágico, de quien espera soluciones sobrevenidas; el cordón profiláctico es una medida extrema, pero necesaria y útil.
Como quiera que el tiempo apremia y, no podemos darnos el lujo de lucir desconcertados, alienados por el miedo y la desesperanza, entonces debemos actuar en consecuencia. Nosotros no somos analistas, somos actores, no vale la pena discutir en las áridas tierras infértiles de los partidos, menos aún con quienes tomaron la inoportuna decisión de morir de nada. Y ya decidieron participar en la regionales cada uno por su lado; otra forma de suicidio colectivo, porque fertiliza la desesperanza.
Los guayaneses no somos de esos que piden la vida, para que le den un siglo, con tal que no pase nada. A mis compañeros de lucha quiero plantearles un plan para Guayana.
Fundamentado en aquel discurso rupturista que pronuncie cuando presentamos la candidatura de Julián Briceño a la Alcaldía de Cd Bolívar, en la que sugerí de manera expresa, que se juramentara ante la ANC; y expliqué en privado, que debía hacerlo levantando la mano y pintándoles una paloma, para luego presentarse ante la legítima AN exigiendo acompañamiento en la lucha.
Eso no fue distinto a lo que yo hice cuando el alcalde que me remplazó en Piar intentó humillarme al cancelar mis prestaciones sociales en medio de un show mediático. Asistí, cobre mi cheque, mientras con mi mano izquierda cubría mi rostro dibujándole la misma paloma que le hubiese pintado a la ANC e inhabilitándole las fotos. Es tiempo de desafíos. Y solo podemos cantar nuestra canción a quien canta junto a nosotros.
Guayana no está huérfana. Urge construir un centro de dirección política que supere el estado de postración de la oposición parasitaría, que se masturba con la idea ociosa de pensar que el tareismo eventista forma parte de un plan estratégico. En Guayana podemos marcar terreno, porque tenemos con que.
Américo De Grazia
Italia 12 Abril del 2021
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