El primer golpe que se dio a la radio en Upata, fue con el cierre de Especial 95.5 FM, hace poco más de tres años. Ese hecho fue catalogado como «un atraco» por efectivos militares que sin una orden legal, arrancaron, destrozaron y se llevaron los equipos de la radio.
Pero el asunto no quedó ahí. Desde ese momento empezó a correr el miedo en los dueños de medios, por temor al cierre, recientemente la emisora con editorial chavista 94.3 Global también fue cerrada al entrevistar al diputado opositor de la Asamblea Nacional Américo de Grazia.
Con la llegada al poder de Yulisbeth García la presión aumentó, dueños de radio, locutores y productores han sido víctimas de amenazas.
Más recientemente el programa Libre Albedrío del dirigente político Luis Brito ha sido objeto de su cancelación por las opiniones encontradas con la burgomaestre.
En las redes empezó a correr una carta que solicitaba a Conatel sancionar esta estación de radio La Voz de Dios donde se realiza el mencionado programa, por parte de la dirección de relaciones públicas de la alcaldía de Piar.
La presión ha generado la autocensura y el temor al cierre. A esto hay que sumarle el hecho que los simpatizantes de gobierno han tomado las emisoras en constantes y reiteradas llamadas todos los días, como campaña comunicacional institucional.
¿Quién denuncia? Nadie, hay miedo. No solo hay una crisis en el tema económico y social, la que más sufre es la libertad de expresión.
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